La imagen juega un papel fundamental a la hora de comunicarnos con nuestros públicos, da igual ser una empresa, un líder político o una institución pública. Las formas son el fondo y las percepciones que generemos serán por las que nos recuerde la ciudadanía.
No se trata de decir si un político lo hace mejor que otro, sino, si lo hace de forma correcta. Es decir, la imagen que transmitimos deberá ser acorde a la del imaginario colectivo. Todo dependerá que aquello que queramos transmitir, formalidad, informalidad, cambio, continuidad…
Inmersos de pleno en el mundo de las redes sociales, la comunicación política ha tenido que reinventarse para lograr la credibilidad de los líderes ante la ciudadanía. No necesariamente siempre debemos ir de traje, corbata y bien arreglados, si la ciudadanía no se espera eso de nosotros, por qué lo íbamos a hacer. La imagen nos permite dotar de congruencia, credibilidad y fuerza el mensaje que queremos transmitir.
La vestimenta, una clave de éxito de la imagen en política
Es un recurso que nos permite empatizar y generar lazos con nuestra audiencia. Ahí está la clave, en NUESTRA audiencia. No debemos cumplir con los cánones que utiliza toda la ciudadanía, o los demás líderes. Para ello es esencial conocer a nuestro votante, saber qué piensa de que vayamos todo el día en traje y corbata o si nos ven mejor con un polo o una camisa. Ni todos los políticos tiene que vestir igual, ni todos tienen que ir encorbatados. Nuestra forma de vestir refleja nuestra personalidad.
Eso sí, nuestra imagen deberá ir en consonancia con nuestro discurso. Lo que no podemos hacer es dar una imagen y con nuestras palabras hablar de cosas totalmente opuestas. Si hacemos eso, la ciudadanía no sabrá a qué atenerse y generaremos un descontento que perjudicará nuestra reputación. Los actos deben ir ligados a las palabras y para ello debemos ser consecuentes.
La clase política debe ser consciente de que más del 50% del discurso que quieren transmitir se vende gracias a la comunicación no verbal y en eso la vestimenta juega un papel fundamental.
El aspecto físico, el fiel reflejo de la imagen en política
La primera impresión es clave y más en política. Es importante mantener un aspecto físico cuidado y decoroso. Esto nada tiene que ver con la ropa que llevemos, siempre y cuando dicha ropa esté cuidada. No podemos dar la imagen de una persona sucia y descuidada porque esa será la percepción con la que nos recuerden. Más del 80% de la imagen política que creamos en nuestra cabeza comienza con la visión.
La actitud y la apariencia física son elementos fundamentales para lograr el liderazgo político. Las señales físicas que emitimos determinarán los prejuicios y estereotipos con los que la ciudadanía nos juzgue. La exposición mediática en cortos periodos de tiempo son esenciales porque de ellas la ciudadanía creará sus propias conclusiones. Es más, en función del aspecto del momento, la ciudadanía juzgará nuestras habilidades como líderes políticos y el nivel de competencia para desempeñar un cargo.
La marca personal, la garantía de la imagen en política
Necesitamos crear una marca propia, que nos diferencie del resto y que nos otorgue unos atributos mejor valorados que los de nuestros adversarios. Es decir, que resalte nuestros mejores rasgos y «esconda» nuestras carencias, o no, quién sabe. Construir una marca personal fuerte nos ayuda a posicionarnos como líder. Para ello hay que trabajar los puntos fuertes, pero sobre todo los débiles.
La marca personal es el pasaporte del líder político porque es lo que te diferencia de los demás. Asimismo, genera confianza, el ser humano confía en otros seres humanos y lo que debemos lograr es que la ciudadanía confíe en ti. Generar una imagen de cercanía y empatía hará que se te vea como una persona más humana, que está a pie de calle y que conoce la realidad que le rodea. Si consigues que la ciudadanía se identifique contigo y vea el fiel reflejo de una persona honesta que habla con claridad, generarás confianza y harás ver que eres la mejor opción de todas las posibles.
Lograr una marca personal sólida permitirá «fidelizar» votantes. Pero lo importante es mantener dicha reputación porque lo que se tarda en construir años se puede demoler en tan solo cinco minutos. Este es un trabajo a largo plazo y requiere de coherencia y constancia. Sobre todo es vital hacerlo con un equipo experimentado en posicionamiento de marca, nosotros desde Hauda podemos ayudarte a mejorar la imagen en política.
Elementos para generar una imagen fuerte en política
1. Utiliza la lógica
Tu marca personal deberá estar alineada con tu partido político, pero sin dejar de ser quien eres. Tu imagen no puede verse fagocitada por la del partido ni por la de un compañero. Debes marcar un perfil propio para posicionarte como un líder.
2. Prepara una estrategia
Es importante trabajar los objetivos y tácticas que quieres alcanzar en cuanto a tu marca personal. Para ello será importante que tengas mucho que ver con las líneas de tu partido político.
3. Ejerce una comunicación persuasiva
Tu relato y formas de comunicar deberán estar bien definidas y contar con canales profesionales para lograr llegar a más personas. El storytelling y saber contar tu historia ayudará a ganar credibilidad y cercanía, algo que sin duda suma puntos en política.
4. Genera impacto con tu relato
Necesitas que te conozcan, que sepan quién eres, que sepan qué haces, a qué te dedicas. Por supuesto, no solo vale con trabajar medios online, estar a pie de calle sigue sumando puntos y que se te vea recorriendo calles y plazas y relacionándote con la ciudadanía es muy de vital importancia.